martes, 14 de septiembre de 2010

Pueblos indígenas del norte de Chile

 
(Zona comprendida entre el limite con Perú y el rió choapa)

Empezando esta revisión por el extremo septentrional chileno, la enumeración y descripción de las comunidades aborígenes nacionales comienzan con los aimaras, de habla quechua y situados conjuntamente en el altiplano de Perú, Bolivia y Chile, y cuyas incursiones trashumantes con recuas de llamas los llevaban a los valles y oasis situados al interior de Arica e Iquique. Aunque de fecha más reciente, esta comunidad está inserta dentro de los diversos grupos étnicos presentes en la zona de Arica, vale decir, ligada a distintos restos arqueológicos encontrados en el interior y el altiplano de la ciudad homónima y Tarapacá.
Los primeros asentamientos humanos en la zona serian de varios años antes del comienzo de la era cristiana, partiendo principalmente por los pertenecientes al complejo Chinchorro, que, datado alrededor del 3270 a. de C., se extendía por a costa hasta Iquique.
En este complejo los investigadores hallaros vestigios de implementos de caza y pesca, así como además restos de una fina cestería. Los integrantes de Chinchorro poseían una particular idea de la muerte por lo que acostumbraban momificar sus cadáveres acompañados de una buena cantidad de objetos útiles para su viaje al más allá. Se piensa que hacia el 2000 a de c. se transformaron en alfareros y agricultores.
Dentro de la “Cultura Arica” propiamente tal destacan dos fases: una es la llamada San Miguel, aproximadamente del año 1000 d. de C. y otra conocida como Gentilar, del 1300 de nuestra era. Ambas etapas son relevantes por su cerámica y textiles, predominando en los tiestos los colores rojos y negro, y en los tejidos los diseños amarillos, rojos, cafés, y blancos. No se descarta una estrecha relación con el importante centro urbano de Tiahuanaco, ubicado a orillas del lago Titicaca y que antes de los incas (años 400 a 1200 d. de C.) extendió su influencia por todo el norte grande chileno.
Los aimarás son una colectividad principalmente andina, que aprovechan simultáneamente varios pisos ecológicos con el fin de completar su dieta y soportar las variaciones del tiempo atmosférico inherente al clima de la alta cordillera. Intercambiaban los productos de la altiplanicie (principalmente derivados de la explotación de llamas y alpacas) con el maíz de las quebradas y valles.
Son también hábiles tejedores y alfareros, que en la actualidad alcanzan una cifra cercana a los 20000 individuos, los cuales representan el legado milenario de las comunidades andinas.
Sin embargo, al margen de lo hasta ahora señalado y con la sola excepción de los aimarás, fueron otros los pueblos que actuaron más activamente sobre el norte chileno y supieron en carne propia de la llegada de los conquistadores españoles. Su descripción la daremos a continuación.
  

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